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¡No le temas al aceite! Doble limpieza, lo mejor para tu piel

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¡No le temas al aceite! Doble limpieza, lo mejor para tu piel

Por @eve_lynvv

Cada vez que alguien me consulta sobre qué hacer con sus puntos negros, con el exceso de sebo, o porque eligieron un limpiador que les recomendaron de *limpieza profunda*, en mi mente andan flotando dos palabras: Doble limpieza.

Y es que la doble limpieza en la rutina coreana es el paso más básico junto al uso del protector solar, porque para que nuestra piel esté sana, hay que saber tratarla.

Así que ahora vamos a tomarnos un tiempo para tratar este punto con detalle, explicando bien los pasos, lo que se hace -y lo que no-, qué cositas evitar y qué opciones podemos tomar para que la doble limpieza sea algo que disfrutemos mucho, sea cual sea nuestra piel.

Doble limpieza… ¿es lavarte dos veces con el mismo limpiador?

No realmente.

Doble limpieza le llamamos a la acción de realizar dos tipos de limpieza diferentes que tendrán distintos objetivos en nuestra piel.

1er paso: Limpieza oleosa

Es una de las más temidas, mal comprendidas y que más aprensiones causa, pero también es la más beneficiosa a la hora de limpiar la piel.

Comúnmente se dice “lo similar atrae a lo similar” y eso alude a que es más fácil limpiar el sebo con un producto que tenga base oleosa (lipofílica) ya que así las moléculas se adhieren mejor y pueden remover sebo, pero también productos que suelen tener base o formulación oleosa, como maquillaje, protector solar y también contaminación y material particulado. Si bien esa frase explica bien la esencia de la limpieza, yo agregaría también la mejor referencia que hallé “simio no mata a simio” porque el aceite que aplicamos a nuestra piel es capaz de limpiarla efectivamente del sebo y de otros elementos, pero sin dañar los lípidos naturales de nuestra barrera cutánea y sin dejar tu piel más oleosa.

La idea es que elijas limpiadores que contengan varios aceites y elementos limpiadores, para poder remover bien tu maquillaje y remover la suciedad. Y acá viene una pregunta frecuente:  ¿Puedes usar aceite de cocina o un aceite normal? Si bien es aceite, no es lo mismo. Si bien puedes utilizar por ej. aceite de jojoba o de almendras, no es lo ideal y no funcionan similar. Una de las grandes ventajas de los limpiadores de base oleosa es que en su formulación ya incluyen emulsionantes y surfactantes que ayudan a que se puedan enjuagar y limpiar más fácilmente. Un aceite normal no se emulsiona fácilmente, sino que suele repeler el agua, por lo que podrías terminar con una capa de aceite en tu piel que no se quita si no es frotando con un paño o con un limpiador muy fuerte.

Así que sin dudas es siempre mejor usar un limpiador ya formulado para ese fin.

Limpiadores oleosos existen en varios formatos: Cremas limpiadoras, Aceite de limpieza, Bálsamos de limpieza y también…aguas micelares o de limpieza (son lo mismo).

¿Cómo se usa?

Lava y seca bien tus manos, aplica dos dosis del limpiador de aceite o una cucharita del limpiador en formato bálsamo. Masajea tus palmas y llévalas al rostro y masajea con cuidado con movimientos circulares. Si tienes maquillaje de ojos y boca, limpia con movimientos circulares pequeños y muy suaves.

Una vez que veas que ya limpiaste todo, agrega un poco de agua tibia a tus manos y emulsiona: verás que el aceite pasa a ser una sustancia lechosa. Lleva tus manos a la cara nuevamente y emulsiona todo el aceite. Este paso es esencial para que el limpiador se pueda enjuagar fácilmente y no quedes con sensación oleosa en tu piel.

¿Listo? Ahora vamos con el segundo paso de esta limpieza.

2° Paso: Limpieza acuosa

Este paso está pensado con el objetivo de realizar una limpieza de los aceites usados previamente, y para remover cuidadosamente las impurezas y suciedades que puedan haber quedado, dejando la piel preparada para los pasos posteriores de hidratación.

Algo que suelo comentar a quienes buscan un limpiador acuoso, es la importancia del pH del producto. ¿pH? Si, el índice que nos muestra si un limpiador tiene un nivel ácido, neutral o alcalino. La piel humana (desde adolescencia) tiene un nivel de pH que fluctúa entre 4 a 6, y es ese nivel de acidez, el que hace posible que en ella exista un balance natural que pone en control a las bacterias y mantiene apropiadamente la barrera de la piel (o manto ácido, ya adivinas por qué se llama así). Pongámoslo fácil:

  • ¿Quieres piel limpia, sana, hidratada y sin picazón?: elige limpiadores de pH 5.5
  • ¿Quieres dañar el manto de tu piel y que quede tirante, opaca, con prurito, arrugas, deshidratada y con acné?: usa tu limpiador alcalino (el lavalozas).

Limpiadores hay varios, y no todos son espumas. Tienes geles de limpieza (espumosos y no espumosos), espumas (de poca o mucha) y leches (ideales para piel seca). He estado probando el formato de leche de limpieza y la verdad es que, en piel seca o muy sensible, son lo mejor.

¿Cómo se realiza?

En este paso, con la piel aún húmeda por la limpieza anterior, aplicaremos en la mano el producto, y dependiendo de las instrucciones que dé el fabricante, vamos a hacer espuma o aplicar al rostro. Evita hacer la espuma en tu rostro, va a ser una fricción que tu piel no necesita. Basta menos de un minuto para limpiar todo el rostro y cuello, y enjuagamos con agua tibia.

Hago hincapié en que sea con agua tibia, especialmente si tu piel es seca o muy grasa, porque de en los extremos (agua fría) terminarías con la piel aún oleosa, (agua caliente) les podría resecar en extremo, porque el agua caliente potencia la limpieza de los surfactantes.

Secas tu cara con cuidado y pasa a los pasos hidratantes! Misión limpieza concluída!

Si bien todo esto nos suena fantástico, siempre malentendidos o polémicas al respecto por desconocimiento de los ingredientes, así que vamos con la sección de desmontando mitos de limpieza.

Mito N°1: “El aceite de limpieza me va a dejar la piel más grasienta”.

Si usas un limpiador adecuado, lo emulsionas y luego utilizas un limpiador acuoso, no hay razón para que tu piel quede “grasienta”. El limpiador en aceite tomó el sebo y lo quitó sin dañar tu piel.

Mito N°2: “Ese aceite limpiador tiene aceite mineral, que es comedogénico y te causa granos”

El aceite mineral (o paraffinum liquidum, parafina líquida para los hispanohablantes) es uno de los ingredientes más malentendidos en cosmética, del que más mal se habla, y es el cabro bueno que sólo te protege, cuida tu piel, evita que algo te haga daño y no te hace enojar. Así es con la piel. Es una sustancia inerte, que no provoca reacciones, y que pone una capita protectora sobre tu piel para evitar que pierda tan rápido la hidratación. Esa capa no es uniforme, por ende permite que haya evaporación igual, y no tapa los poros, por lo que no es comedogénica.

Mito N°3: “El aceite de coco es comedogénico, así que no puedo usar ese limpiador que dice que tiene aceite de coco”.

Como mencionábamos anteriormente, no es lo mismo usar un aceite común que un limpiador en aceite. El limpiador contiene emulsificantes y solventes, además de surfactantes que hacen que sea fácil lavar y enjuagar. Además, el aceite de coco estará en tu piel unos minutos y lo enjuagarás. No es como aplicártelo en la cara y dejarlo todo el día. No hay riesgo.

Mito N°4: “Hay que hacer doble limpieza en la mañana”

No realmente. En la noche no hay tanta producción sebácea, transpiración, aplicación de protección solar y maquillaje como para que a la mañana siguiente necesites usar un limpiador oleoso. Basta hacer una limpieza simple acuosa y suave.

Mito N°5: “Si no me maquillo no necesito usar doble limpieza en la noche”

Aunque no te maquillas, te aplicas protector solar, y tu piel suda, produce sebo, acumula células muertas y además en ella se deposita el smog y las partículas de contaminación, asi que si, necesitas realizar doble limpieza igual.

¿Estás listo para lavar bien tu carita? ¡Ya no solo con agua y jabón!

Sigue el blog de Eve en www.koreanbeautydream.com.

Categorías : Glowi blog

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