¡PAGA EN DÉBITO CON CUOTAS! - ELIGE VENTIPAY 💳

Carrito de compra

0

Tu carrito de compra está vacío

Comprar ahora

Piel reactiva y cambios de estación: ¿cómo cuidarla?

0 Comentario
Piel reactiva y cambios de estación: ¿cómo cuidarla?

Por @eve_lynvv

¿Sabías que a nuestra piel le toma al menos 15 días lograr adaptarse a los cambios de clima? Los cambios de estación no solo suponen cambios de temperaturas, del follaje de los árboles o de cuánta luz (y radiación) recibimos. Cada transición entre estaciones conlleva otros efectos secundarios que tienen repercusión en nuestra piel, ¿te suena la deshidratación y la aparición de acné, por ejemplo? Ahora mismo te explico cuáles son todos los factores que afectan nuestra piel, cuál es su impacto en una piel reactiva, y cómo podemos lograr sobrevivir a cada estación sin dañar nuestra pielcita y sin atacar el bolsillo con tanto producto nuevo.

Importante: ¿qué es piel reactiva?

Una piel reactiva es una piel que reacciona fácilmente a cualquier estímulo del ambiente, ya sea calor, luz, roce, aplicación de cosméticos incluso. Se le llama también irritable, y es distinta de la piel sensible (la piel sensible presenta eritema=rojez y/o telangiectasias o capilares rotos). La piel irritable es propensa a sufrir de intolerancias, reacciones de rojez, ardor, picor o dolor debido a que la barrera cutánea es deficiente y no logra cumplir su función inmunológica de manera adecuada.

El clima: aliado y enemigo

Con la llegada de cada estación nuestra piel sufre y tiene que pasar por un período de adaptación (que toma de 2 a 3 semanas) donde se puede producir desbalance hormonal, aparición de intolerancias y alergias, períodos de deshidratación y producción excesiva de sebo, congestión de ostium (poritos pa los amigos), lo que se traduce en aparición de acné, piel tirante, escamosa y reseca, picazón, enrojecimiento, inflamación, dolor y en aumento o empeoramiento de los síntomas de enfermedades como la dermatitis atópica o la psoriasis.

Verano: además del aumento de radiación UV, esta época trae el aumento de temperaturas. Esto, en la piel afecta en dos modos: deshidratando la piel a través del sudor y a través de la pérdida de agua trans epidermal a causa de una barrera dañada por la deshidratación (es una reacción en cadena…). Signos como pieles que se enrojecen, que se descaman, que de repente presentan picor y tirantez, y en donde aparecen pequeñas ronchas rojizas, pápulas o pústulas, porque otro de los efectos importantes del calor, es el aumento de la secreción de las glándulas sebáceas (por eso la piel se puede ver engañosamente algo más grasa de lo usual). Los ostium (orificio de salida de las glándulas sebáceas), se congestionan y se forman las lesiones acneicas por proliferación de la microbiota de la piel, que usualmente vive en armonía.

Otoño e Invierno: si bien esta es una estación intermedia, es la antesala a los meses más fríos. Las bajas temperaturas hacen que nuestra piel haga más lenta la producción de sebo desde las glándulas, por lo que veremos que se deshidrata más rápido, produce menos aceite y se irrita más fácilmente. Otro aspecto que sucede, relacionado a la producción de sebo, es que como ésta baja, los ostium (poros) también experimentan un cambio en su tamaño, contrayéndose un poco respecto a su tamaño usual normal. El uso de calefacción debido al frío y humedad hace que nuestra piel se vea afectada en sus niveles de hidratación y sebo, siendo agredida finalmente y empeorando los síntomas de enfermedades como dermatitis atópica, psoriasis y rosácea. El uso de calefacción también impacta en la temperatura (aumenta vascularización en rosácea y couperosis) y em la emisión de contaminación, especialmente si es leña, pellet o parafina, aumentando la exposición a los radicales libres, que provocan daño oxidativo (oxidación celular) que destruye células en el organismo, pero que, en cuanto a piel se refiere, destruye fibra proteica encargada de la firmeza e hidratación de la piel (colágeno, elastina), y destruye células cutáneas y sustancias esenciales para su funcionamiento al modificar su composición normal. Todo esto provoca envejecimiento prematuro, daño superficial de la piel e inflama la piel, haciéndola más reactiva ante cualquier sustancia o cosmético, haciendo además lenta su recuperación en caso de lesiones.

Primavera: con la llegada de la época de transición al calor, también llega el aumento de reacciones alérgicas por la cantidad de pólenes que genera en la piel problemas de alergia, urticaria y picazón que lleva a la aparición de lesiones como vesículas, ampollas y costras. Por el desbalance de temperaturas que fluctúan de lo frío a lo extremadamente caluroso, lo que genera constante vasodilatación y vasoconstricción de los capilares sanguíneos, que finalmente cuando agotan su capacidad elástica, da paso a problemas vasculares que dan origen a la couperosis (forma seca de la rosácea).

Enfermedades como dermatitis atópica y rosácea se ven empeoradas en esta época, y en general, cualquier piel que pase por un período de inflamación, irritación o barrera de la piel deteriorada, pueden verse más irritables de lo normal, pues una piel estresada es piel inflamada y en estas pieles la alteración del pH normal y menor inmunidad de piel por debilitación de barrera llevan a aparición de acné.

¿Cómo podemos controlar la piel durante estas épocas?

Lo básico, es que mantengamos una rutina diaria donde incluyamos limpieza, serums antioxidantes de nuestra preferencia o que nuestra piel tolere, un hidratante potente (y un aceite facial si tu piel es muy seca) y un protector solar.

El limpiador en lo posible debe ser libre de fragancia o de aceites esenciales, pues en estos períodos de transición la piel puede volverse muy reactiva y lo mejor es el minimalismo en la rutina y en la elección de los productos. Menos es más, más aun cuando tu piel puede reaccionar y arder ante cualquier producto, incluso si ya lo tenías en tu rutina.

En invierno y otoño: recomiendo, tras la limpieza, utilizar una mascarilla dos veces a la semana para ablandar la queratina de la piel y así favorecer la penetración más profunda de los ingredientes que contengan el serum o la crema. El serum, idealmente con glicerina, ácido hialurónico, ceramidas o pantenol, ingredientes que es conveniente repetir en tu crema hidratante.

En verano: Aquí dependerá de si tu localidad tiene calor seco o calor húmedo. En caso de calor seco, lo más importante es hidratar, beber agua por la pérdida acelerada de sudor por la regulación corporal y utilizar protector solar. Además, usar antioxidantes como Vitamina C o Niacinamida, ayudan a neutralizar los efectos de la radiación UV y del aumento de secreción sebácea por el calor. Cuando vives en un ambiente de calor húmedo, no siempre es bueno prescindir de hidratación y de ingredientes un poco más nutritivos (oleosos) por el miedo a sentir la piel pesada o grasosa. Por un lado ayudamos a que la piel mantenga la hidratación y por otro lado, como nuestra piel pasa un duro momento al regular la temperatura corporal, reducimos la posibilidad de que con el calor y el exceso de humedad, los ostium se congestionen con el sudor y el sebo que sale del mismo orificio.

Si vives en un sitio con mucha contaminación (ya sea porque vives o trabajas en un sitio con mucho transporte de vehículos, por emisiones de industrias, quemas agrícolas o usas leña o parafina para calefaccionar) entonces es necesario realizar doble limpieza cada noche para purificar la piel y retirar los contaminantes que recibió la piel durante el día, incluir antioxidantes para neutralizar el daño oxidativo que recibió la piel y finalizar con un hidratante que contenga ceramidas para poder restaurar la barrera cutánea.

Tips generales:

- Lo mejor siempre es usar agua tibia o medianamente fría, para no aumentar la potencia limpiadora del producto y pueda resultar resecante en tu piel.

- Escoger limpiadores sin fragancias o aceites esenciales para minimizar el riesgo de irritación en la piel Si tu casa, oficina o sitio donde te encuentres, tiene calefacción o presenta calor seco, un Humidificador es la mejor opción para evitar la deshidratación.

- Ingredientes más buscados: calamina (calmante y enfría la piel), ceramidas (lípidos reparadores y humectantes), ácido hialurónico (humectante), péptidos (humectantes que además se encargan de dar firmeza y elasticidad).

¿Tienes la piel reactiva? ¿Qué productos se han convertido en tus mejores complementos? ¡Te leemos!

Sigue el blog de Eve en www.koreanbeautydream.com.

Tags :
Categorías : Glowi blog

Coméntanos aquí